jueves, 22 de noviembre de 2007

μιεδο α λοσ γριτωσ


MIEDO A LOS GRITOS:


Incluso el rey se permite soñar con algo mas que la gloria. Un loco sueño, pero así es, contra las infinitas hordas de Asia, contra todo pronostico, podemos hacerlo. Podemos defender las Termópilas. Podemos vencer.

Amanece, chasquido de látigos, gritos de bárbaros.

Desde retaguardia gritan: ¡AVANZAD!
Desde vanguardia gritan: ¡ATRÁS!

Nuestros ojos son testigos del grotesco espectáculo llegado del mas oscuro rincón del reino de Jerges.
Cuando la fuerza falló, recurrieron a la magia... las cien naciones del imperio persa caen sobre nosotros. Los ejércitos de toda Asia, obligados a atravesar este angosto paso, sus numerosas tropas no servirán de nada.

Caen por cientos.

Arrojamos los cuerpos despedazados, y los frágiles corazones a los pies de Jerges.
El rey Jerges, esta disgustado con sus generales... y los disciplina
Jerges hace llegar monstruos de las zonas mas remotas, pero son bestias torpes, y los cadáveres persas amontonados en el suelo las hacen resbalar.

El día transcurre. Perdemos a pocos. Pero cada uno de los que cae, es un amigo, o un pariente.
Cuando ve caer el joven cuerpo decapitado de su hijo, el capitán abandona la formación sediento de sangre. Los gritos de dolor del capitán por la muerte de su hijo, aterrorizan mas al enemigo que el atronador sonido de los tambores de guerra. Son necesarios tres hombres par reducirle, y llevarle de vuelta a la falange. El día es nuestro. No hay canciones que cantar.

1 comentario:

Unknown dijo...

impresionante película; una de mis preferidas sin duda... el comienzo de esta escena es muy motivadora para mí, siempre la pongo en youtube cuando necesito una dósis de ánimo. Gracias por colgar las narraciones.