jueves, 22 de noviembre de 2007

πορ λα λει εσπαρτανα λλαθεμοσ


POR LA LEY ESPARTANA LLACEMOS:


Cientos se marcha.
Unos pocos se quedan.
Solo uno mira a tras.

Treinta años nos separan de aquel lobo y de aquel frió invernal, pero ahora, como entonces, no le invade el temor... si no la impaciencia... simplemente es mas consciente de todo cuanto le rodea: del suave frescor de la brisa marina que arremete contra el sudor de su cuello y frente. De las gaviotas graznando, quejándose a la vez que devoran los miles de cadáveres flotantes. De la agitada respiración de los trescientos hombres, que a sus espaldas están dispuestos a morir por el. SIN VACILAR.
Todos y cada uno de ellos dispuestos a morir.

El yelmo la asfixia. El escudo le pesa...

El yelmo le asfixiaba, no le dejaba ver... y debe ver bien.
El escudo le pesaba, le hacia desequilibrarse... y su objetivo está lejos...

Dicen los ancianos, que los espartanos, descendemos del mismísimo Hércules. El valeroso Leonidas es testigo de nuestro linaje. Su rugido es incesante y fuerte.

Recordadnos... la mas sencilla de las ordenes que un rey pueda dar. Recordad por que morimos...

¡NO DESEABA HOMENAJES!. ¡CANCIONES! ¡MONUMENTOS! ¡O POEMAS DE GUERRA Y VALOR! Su deseo era sencillo.

SOLO RECORDADNOS. Es lo que me dijo que a todo alma libre que pase por aquel lugar. En los innumerables siglos que están por llegar. Desde las piedras milenarias, nuestras voces puedan susurrar:
DECIDELES A LOS ESPARTANOS CABALLEROS, QUE AQUÍ, POR LA LEY ESPARTANA, LLACEMOS.

Así murió mi rey, y también mis hermanos... fue hace apenas un año.
Mucho he reflexionado desde entonces, sobre las enigmáticas palabras de victoria por parte de nuestro rey. ¡EL TIEMPO LE HA DADO LA RAZÓN!.

¡Y DE GRIEGO LIBRE, A GRIEGO LIBRE! Se transmitió el mensaje de que Leonidas y sus trescientos valientes, tan lejos del hogar: ¡DIERON SU VIDA, NO SOLO POR ESPARTA! ¡SI NO POR TODA GRECIA, Y POR LA PROMESA QUE ESTE PAIS REPRESENTA!

Y aquí, ahora en esta escarpada tierra llamada Platea, las hordas se jerges se enfrentas a la ¡ANIQUILACIÓN!

Ahí están, ¡los bárbaros desalmados! Con el corazón encogido y tembloroso el pulso... aterrorizados... pues son consientes del inhumano y brutal horror que sufrieron frente a las espadas y lanzas de los trescientos.

¡Y AHORA, AL OTRO LADO DE LA LLANURA, CONTREMPLAN A DIEZ MIL ESPARTANOS, A LA CAVEZA DE TREINTA MIL GRIEGOS LIBRES!

El enemigo únicamente nos triplica en número, alentador para cualquier griego.

En este día, liberamos al mundo del misticismo y la tirana, y damos la bienvenida al futuro mas esperanzador que hallamos imaginado.

Demos las gracias a Leonidas y a sus trescientos valientes.

¡HACIA LA VICTORIA!




3 comentarios:

Angel dijo...

Nice...pero cuida un poco más la ortografía.

Aldrus dijo...

Impresionante

Angel Alberto dijo...

se me pone la carne de gallina al leerlo. Ya me lo sabía pero leerlo despacio... llena de espiritu espartano.