jueves, 22 de noviembre de 2007

ινμορταλεσ


INMORTALES:



Hacemos aquello para lo que nos han adiestrado, para lo que nos han criado, para lo que hemos nacido.

Sin prisioneros, sin piedad, buen comienzo.

Se ha forjado la oscura voluntad de los reyes persas desde hace quinientos años.

Ojos tan oscuros como una noche sin estrellas. Dientes afilados como colmillos. Desalmados.

La guardia personal del mismísimo rey Jerges. La elite de los guerreros persas. La fuerza de combate mas mortífera de toda Asia.

Pero el gran rey ha dejado al descubierto una fatal imperfección: el orgullo. Facil de provocar, fácil de engañar.

Antes de que las heridas y el cansancio hallas hecho mella, el muy loco nos envía lo mejor que tiene. Jerges ha picad el anzuelo.

Inmortales... ponemos a prueba su nombre.

Gritan y maldicen. Apuñalan despiadadamente. Mas rufianes que soldados. Crean caos monumental. Valientes aficionados, cumplen su cometido.

Inmortales... no han superado la prueba de nuestro rey, y un hombre que se cree un dios, siente como un escalofrió muy humano recorre su espalda.

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