jueves, 22 de noviembre de 2007

δισχυρσω δε ρελλεσ




DISCURSO DE REYES:




¡Consejeros!, compadezco ante vosotros no solo como reina. Compadezco como madre, y como esposa, y también como espartana. Compadezco con total humildad.

No estoy aquí para representar a Leonidas. Sus actos hablan mejor de el que yo. Represento a todas esa personas a las que podéis oír:
Madres, hijas.
¡Padres, hijos!

Trescientas familias que sufren por nuestros derechos, y por los mismos principios que rigen esta sala.

ESTAMOS EN GUERRA consejeros...

Debemos enviar a nuestro ejercito para que ayude a nuestro rey a defendernos, no solo a nosotros, si no a nuestros hijos. Enviemos el ejercito para preservas la libertad, la justicia, el orden y la razón. Pero sobre todo: enviemos a nuestro ejercito para que reine la esperanza. Esperanza en la que un rey y sus hombre no desaparezcan de la historia. En que su coraje nos una. En que sus acciones nos hagan mas fuertes. Y en que lo que elijáis hoy aquí represente la valentía de esos hombres.

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